Edurne Baz nos sirve una nueva ración de moderneces en su jugo.
Sirvan de ejemplo el perfume que, además de detrás de la orejita, puedes echar también en el gintonic; la mujer que llevó demasiado lejos su pasión por los pokemon; o el colchón específicamente diseñado para hacer la cucharita…
Las galletas nos las hemos comido pero tenemos cookies.
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