Obeso mórbido se gana la vida empollando huevos de avestruz en su cama

«¡Y estuve a punto de operarme para quitarme alguno de los 482 kilos que peso!- dice Berto Cinete postrado en su cama-. Pero chico, me salió este trabajo por casualidad y estoy encantado».

La luz que el corpachón de Berto Cinete eclipsaría, ilumina ahora su vida al aceptar la oferta de un empresario avícola.

«Estaba desesperado- explica el avicultor de avestruces-. Porque, con la cantidad de calor artificial que tengo que dar a los huevos para que incuben, las cuentas no salían. ¡Qué facturas de consumo eléctrico!

La solución a su atosigada situación la halló en el extraordinario volumen del joven varado en su cama.

«Enseguida vi las magníficas posibilidades que ofrecía aquella carnosidad- recuerda- ¡Qué volumen! Al calor de esos pliegues podrían incubarse miles de huevos de avestruz!».

El semblante alicaído de Berto Cinete mutó de inmediato al aceptar la propuesta del empresario.

«Gano 3.500 euros al mes por empollar huevos de avestruz con mi cuerpo- declara la mole-. Con poner un poquito de cuidado para no reventar ningún huevo es bastante. Pero como la cáscara de los de avestruz es dura, hasta ahora no he tenido ningún problema».

La empresa avícola ya ha ofrecido a Berto Cinete formar parte del consejo de administración y el 25% de las acciones, algo que entusiasma al joven.

«¡Figúrate! ¡Voy a hacerme rico y sin moverme de la cama! Además, da mucho gusto cuando eclosionan los huevos. Te hacen cosquillas con el pico. Son tan tiernos que me los comería… que es un decir, ¿eh?

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